Fue una charla impartida en clase por parte de Hermanas Hospitalarias que, tras hablar sobre ello, reprodujeron un vídeo y nos permitieron preguntar.
Lo que más me sorprendió fue el testimonio de una mujer que aparecía en el vídeo; dijo que, tras salir del hospital, le pasmó cuán preocupada, entregada y 'normalizada' había actuado la gente de su alrededor. Desafortunadamente, no suele se así: los prejuicios separan y distancian más que cualquier otra cosa. Yo vivo en un barrio en el que hay varios centros de dedicación a personas que se enfrentan a estas dificultades y, día a día veo cómo la sociedad gira la cabeza al cruzarse con ellos. Asimismo, quiero puntualizar otro comentario que hizo en el vídeo en el que expresó que no habría sido capaz de seguir adelante sin apoyo externo. Creo que es la conclusión más importante, puesto que, si el ambiente no funciona, al final, todo lo que hagas será en balde.
Hay una tendencia en la sociedad actual, entre adolescentes y adultos jóvenes de romantizar los trastornos mentales. Como si no fuese suficiente el peso de los estigmas, prejuicios e, incluso, uno mismo. Hay que lidiar con las continuas publicaciones 'poéticas' en redes sociales. Una imagen oscura y armónica que lo único que demuestra es que no se sabe nada. Porque así queda muy bonito y atractivo para seguir recaudando seguidores.
De hecho, algo positivo que se puede sacar en torno a los trastornos mentales en la sociedad, es el trabajo del artista Shawn Coss en Inktober (un reto creado por Jake Parker en 2009 que consiste en publicar en tu blog o en tus redes sociales un dibujo -a tinta o lápiz- diferente cada día durante el mes de Octubre y etiquetarlo como #Inktober). Él ha mostrado de manera gráfica y profunda estas realidades:
