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¿Jamás has sentido la tentación? ¿Las ganas de: 'venga, justo antes del próximo'? Estás esperando en el metro, quedan 3', y ya no puedes quedarte de pie en mitad del andén. No, ya no. Tienes miedo y lo sabes. Tantas películas de malos que empujan a la gente, tantos casos de suicidio silenciados. Y ¿por qué? ¿El 'efecto llamada'? Es ridículo: vivimos en un mundo de información sesgada, en el que nuestra realidad no se conforma únicamente por nuestra perspectiva, sino por la perspectiva ajena que nos inculcan. Si nunca te has preguntado qué pasaría si te tiras a las vías, es porque nunca te has replanteado tu existencia y, si nunca te la has replanteado es porque no tienes control sobre tu vida. Pero, volvamos al miedo: ¿miedo a qué? ¿A no saber lo que va a pasar? ¿A verdaderamente perder el control sobre tu cuerpo? ¿Miedo a morir? Solamente son preguntas retóricas, tú decides si responderlas. Pero, ¿y qué? ¿Por qué vas a temer lo inevitable? Si precisamente es eso: inevitable. Será por falta de proverbios orientales... Mas, no nos mintamos, en el fondo nos importa. Puede que únicamente sea por la incertidumbre del más allá, por qué pasará con lo que dejamos, por si quizá sí valiera la pena. Pero, ¿y cuando te da igual? ¿Qué haces? ¿Cómo lo manejas? ¿Te arriesgas?